En 2002, el ministro Atchugarry veló por los más débiles, y tomó la senda del crecimiento: En lo público, retiros incentivados y reglas similares a las del Derecho privado que aplicaban al resto. Alentar a la sociedad a crecer. Disminuciones de impuestos, reintegros, desgravaciones. Crear oportunidades de trabajo.
Hijo y sobrino de anarquistas; allá por el ’68 no era ni “facho” ni “bolche”. “Liberal con ideas indeterminadas”, decía un prontuario una vez que lo agarró la Policía. No tenían cómo clasificarlo.
Llevaba el amor a la Libertad en sus genes; y en sus convicciones. “Es el primer valor”, dijo una vez. “De cada Gobierno, yo lo primero que espero de él es que garantice las libertades de todos nosotros, porque sin Libertad todo lo demás… se deprecia”.
Temprano lector y admirador de Frugoni, con 17 años se acercó a Jorge Batlle, con quien durante mucho tiempo tuvo fuertes diferencias en lo económico. Lo empezó a seguir “por sus ideales de Libertad”. En un tiempo de conflictos, el único que hablaba de Libertad, tolerancia, y paz era Batlle.
Durante un tiempo, Atchugarry se mantuvo como “opinador”. Ingresó a la política porque hubo un golpe de Estado. La pérdida de libertades que constituyó la dictadura militar fue el motivo fundamental que lo alentó en 1980 a ir al Cine Cordón para escuchar a Tarigo. “La Libertad, el Estado de Derecho, es algo que cuando se tiene no lo valoramos.”
A la libertad económica se acercó ya en democracia, en el Ministerio de Transporte y Obras Públicas . “Vi lo que era tomar las decisiones… En materia económica, más que de izquierda o de derecha, somos serios o no lo somos.”
Años después, afirmaría: “Cuando se está en la administración, el enemigo de la libertad cree que puede llegar a estar por encima de ella. Y aunque a veces la libertad moleste, hay que asumirla con llaneza, con el sombrero en la mano. Hay quienes repiten lo de la Libertad porque es políticamente correcto decirlo, pero no lo sienten del todo».
En Enero de 2017, le pregunta El Observador:
–¿No volvería nunca a la política?
–Si mañana las libertades estuvieran en juego en Uruguay y me convocan –no de candidato por supuesto– trabajaría al igual que un montón de gente que hoy no está interesada en participar en la muy honrosa tarea política.
Comparó la Libertad con una flor, “a la cual hay que regarla todos los días”.
A cuatro años de su partida, nuestro agradecimiento y homenaje al «Flaco», por todo.
AGRUPACION LIBERTAD