Visto el proyecto de ley que pretende impedir a las copropiedades el prohibir a sus habitantes la tenencia de animales, la Agrupación Libertad del Partido Colorado expresa:

1. Su preocupación por la tendencia creciente al centralismo político, en menoscabo de la libertad de asociación.

2. Que la ley no es instrumento del representante para propagar la virtud entre sus iguales, sino que existe para someter la voluntad precaria de la autoridad administrativa a cauces que salvaguarden el derecho de cada persona, y volver predecibles las condiciones en las que cada uno ejerce el suyo.

3. Que, si bien se ejerce en propiedad privada, surge de los contratos vigentes que la tenencia de animales de compañía en propiedad horizontal puede ocasionar conflictos en el ámbito de la convivencia y los bienes comunes, y hay interés en resolverlos. Cuando confligen las pretensiones de los individuos en lo que hace a la justa esfera de acción de cada uno, es tan legítimo para estos recurrir al arbitraje, como darse normas que vuelvan predecible el alcance del derecho de cada quien.

4. Que la autoridad de una asamblea de copropietarios emana de su participación directa en aquello que les incumbe, y los contratos son ley entre partes, cada una en ejercicio de su voluntad autónoma.

5. Que la intromisión centralista legislativa es incongruente con el ejercicio de la libertad basada en el Derecho individual que defendieran Artigas, Rivera, Suárez, y los Constituyentes de 1830, entre tantos otros. Si los conflictos entre pretensiones de particulares van a ser siempre resueltos recurriendo a una instancia soberana de un escalón superior, llegará el momento en que los municipios gobiernen las copropiedades, las intendencias comanden los municipios, el gobierno nacional administre los departamentos, el Mercosur determine nuestras políticas nacionales, y, en última instancia, una Asamblea Suprema de alcance mundial dirija lo que cada uno de nosotros haga en su vida privada, económica y de relación; lo que configura un absurdo.

6. Que resistir el centralismo político es un deber fundamental de quien se asuma protector de los débiles, ya que cuando una regla establecida en común resulta perjudicial al interés de alguna persona, cuanto mayor es el alcance del poder central, más difícil es para la persona cambiar por sus propios medios la situación que le es adversa. Alcanza con comparar la posibilidad de cada uno de persuadir a una Asamblea de vecinos con la de persuadir a la mayoría del Poder Legislativo, y la oportunidad cada uno de mudarse a otra vivienda con la de mudarse a otro país.

7. Que, en función de lo anteriormente expuesto, rechaza el citado proyecto de ley; e invita a quienes compartan las razones expresadas a ejercer su libertad política haciendo patente su disconformidad ante quienes corresponda.

Mesa Ejecutiva Nacional

9 de Mayo de 2023